Refugiados en Slavonski Brod, Croacia

Mi nombre es Anita, soy de Bulgaria. He estado estudiando lengua árabe durante 5 años en la Universidad de Sofía. Después de graduarme, vine a Croacia, donde actualmente vivo con mi esposo.

Varios meses después de venir a Croacia, comenzó la crisis de los refugiados en Europa. Había una oferta de trabajo en UNICEF. Comencé a trabajar como intérprete para UNICEF, en el centro de tránsito de invierno en Slavonski Brod, Croacia. Al principio pensé que sería sólo un intérprete entre dos idiomas. Era más complejo de lo que pensaba. Había este gran problema con la comprensión de los diferentes dialectos.

Se pidió a los traductores que reconocieran si los refugiados y los migrantes que llegaban a Croacia eran realmente del país que reclamaban. La policía les preguntaba si realmente eran de Siria. La mayoría de ellos estaban diciendo “Sí, sí, somos de Siria”, pero la gente de Pakistán y Afganistán, que no son árabes, también decían que eran de Siria. Ése era su billete para Europa.

Para lo que no estaba preparada era para escuchar las historias de la gente. Nadie del equipo que trabajaba en Slavonski Brod estaba preparado para toda esta situación, para la crisis. No teníamos instrucciones sobre cómo comunicarnos con la gente. No era sólo un trabajo, teníamos que trabajar durante doce horas, y luego tratar de olvidarlo todo. Fue muy emotivo.

A ellos [los refugiados] no se les dio ninguna información sobre sus derechos. Por otro lado, esto era un gran problema para nosotros, los que trabajábamos en su campo, porque estábamos allí para ayudarles, pero no se nos permitió darles ninguna información, porque nosotros mismos no sabíamos nada de su derechos. La gente estaba pidiendo posibilidades de trabajar y estudiar en Alemania y no sabíamos qué decirles. Le preguntamos a la policía, pero nos dijeron que cuando los refugiados llegaran a su “parada final”, se les informaría de toda la situación en el país anfitrión y de sus derechos. No pudimos proporcionarles ninguna información pertinente.

Mi consejo a todos es comunicarse con personas de otras culturas. Cuando hacemos preguntas, aprendemos muchas cosas, y nos volvemos más abiertos a nuevas cosas y a nuevas personas en nuestras vidas.